—Si claro el costo de mi servicio es de quinientos pesos te incluye una relación con un tiempo máximo de una hora, besitos, cachondeo, tu motivacion oral y si te interesa estoy ubicada en Tultepec en la unidad habitacional Santa Elena muy cerca de plaza centella.
—¿Permites besos en la boca y trato como de novios? —Pregunte.
—Claro, te incluyo besitos y cachondeo.
—Ok entonces me voy acercando y cuando esté cerca te vuelvo a marcar.
Colgue el telefono para acercarme hacia donde estaba ella.
Despues de un tiempo razonable llegue a las referencias que me habia indicado. Estaba en la plaza centella marcandole nuevamente para que me indicara como proseguir.
Al llegar al domicilio de Alix fui recibido de una forma amable y servicial de su parte. Fuimos rápidamente a la parte de arriba de su casa, me pidió lo del servicio $500 pesos, cantidad que saqué de mi cartera y cantidad que le di en sus manos, ella salió del cuarto para ir por los condones.
Cuando regresó yo ya estaba en ropa ligera esperandola.
—¿Quieres iniciar fajando o ya me quito la ropa? —pregunto ella.
—Pues vamos fajando y te voy quitando la ropa —le respondí.
Me acerque a ella para empezar a besarla, a acariciarla, abrazarla. Mientras fajabamos nos desnudamos rápidamente, después comence a mamarle sus ricas tetas. Alix era chaparrita con tetas pequeñas pero muy ricas y su color de piel era morena clara.
—¡Mmm!… tienes unas tetas bien ricas me gusta mucho mamartelas —le dije.
—Estan bien ricos tus pezones, me gusta mucho chupartelos y mordertelos, tenerlos suavemente entre mis dientes y succionarlos con mi boca.
Le pedí que me mamara mi verga a lo que ella aceptó, me senté en la orilla de la cama para que ella me pusiera el condón y comensara a mamarme la verga, la cual ya la tenia bien parada. Comenzó chupandomela rápido y yo le pedí que más despacio y que se la metiera más adentro, que me hiciera garganta profunda.
—¡Aa! que rico Alix, —le dije—, que rico me la estas mamando.
Le pedí que se acostara en la cama en posición de mariposa porque ya tenía muchas ganas de metersela, coloque sus piernas sobre mi hombro izquierdo y comencé a darle tremendas embestidas, se la metía y se la sacaba mientras ella iba exitandose cada vez más.
—¿Te gusta Alix? —Pregunté—, te gusta como te la estoy metiendo.
—¡Si! —contesto ella— metemela más ¡aa!, ¡aa!.
Le estaba dando unas penetraciones muy intensas ¡aa! que rico sentia, el que mi pene entrara y saliera por su vagina húmeda. La acariciaba mientras la penetraba y de repente le daba unos besos bien ricos en su boca, además chupaba y mamaba sus pezones.
—Te pones de lado Alix —le dije— quiero metertela en posición de cuchara
—Sí, claro —contestó ella.
Se acostó de lado, sobre su brazo derecho y yo me coloque detrás de ella, acerqué mi verga a su vagina.
—Metela —le dije.
Comencé a penetrarla en posición de cuchara mientras la tenía atrapada entre mis brazos, ella gemia y gemia.
—¿Te gusta mi verga Alix? —le pregunté.
—Si me encanta tu verga —contestó ella— esta bien deliciosa.
Mi boca besaba su cuello, sus labios y su pezón izquierdo, mi mano izquierda acariciaba su teta derecha y mi brazo derecho pasaba por detrás de su cuello, prácticamente la tenía atrapada dandole placer.
—¡Aa! ¡que rico! —Gritaba Alix.
Yo seguia penetrandola y disfrutando del momento.
—Alix, ¿te pones de perrito? —le pregunté.
Ella se puso en cuatro, posicion de perrito abriendo ligeramente sus piernas para que yo le ensartara toda mi verga, comencé a metersela despacio y poco a poco iba aumentando la fuerza y la velocidad
—¡Aa! —gemia Alix—.
—¡Aa! que rico te la estoy metiendo Alix —le decía.
Sus nalgas rebotaban en mi pelvis haciendo un sonido al compás de las penetraciones que le estaba dando, Alix empezó a gemir más y más, poco a poco iba bajando la cabeza hacia el colchón —¡aa! ¡aa!. que rico —gritaba ella . Mi verga estaba hasta adentro de ella cuando comence a sentir como me apretaba más y más su vagina ¡aa! se sentia bien delicioso, yo inclinaba la nuca y la cabeza para atras mientras ella continuaba contrayendo su vagina viniendose ¡aa! ¡aa!.
Llegó un momento de paz, yo baje el ritmo de penetración para que ella pudiera tomar un poco de aliento, la abrazaba, tomaba sus tetas con mis manos, le besaba la parte de atrás de su cuello mientras ella se relajaba y recuperaba un poco de fuerza.
—Alix ¿te pones de pie contra la pared? —le pregunté—, te la voy a meter estando de pie.
—Si, —contesto Alix— mientras realizaba lo indicado
—¿Así?, así quieres que me ponga —contesto ella.
Después de colocarse frente a la pared se inclinó y levantó un poco sus nalgas para que mi verga se deslisara hacia adentro de su vagina, la penetre profundamente, y rápido comencé a metersela más duro, ella comenzó a gemir de nuevo ¡aa…! gritaba, le estaba dando una gran cojida, estaba cojiendola como un maldito loco, como si estubiera abusando de ella.
—¡Aa!... que rico Alix —le decía— mientras gemía.
—Que rico te la estoy metiendo.
Mis manos tomaron sus tetas y mi cadera hacia un movimiento de atrás hacia adelante, sus nalgas rebotaban en mi pelvis, se la estaba metiendo muy duro y de una forma intensa, el sudor ya se hacía presente en mi frente, era el resultado de la tremenda gozada que estábamos pasando. Se la seguía metiendo, tome su cabello y jale de el para que su cabeza se inclinara un poco hacia atrás.
—¿Te gusta Alix? —le pregunté—, te gusta como te estoy cojiendo.
—¡Si!... que rico, ¡aa! ¡aa!... —contestó ella.
—¿Te gusta mi verga? —le pregunté.
—¡Si!… ¡aa! —contestaba ella mientras gemía.
La tome de las caderas y le dije que retrocediera junto conmigo para que no se saliera mi verga de su vagina, retrocedimos hasta que llegamos a la cama, nos sentamos en la orilla y ella empezó a brincar sobre mi verga dándome unos ricos sentones que parecieran hacerme venir pero que por suerte pude contenerme, yo podía ver como entraba y salía mi verga por su vagina.
—¡Mmm!, que ricos sentones Alix —le decía.
Ella bajó un poco el ritmo, ni hablar se había cansado y tan rico que se estaba sintiendo.
—Ponte de perrito; pero en una esquina de la cama —le ordene.
—Sí, claro —contestó ella.
—Cierra tus piernas —le dije.
Comencé a metersela de perrito pero en una pequeña variante, ella estaba en cuatro con las piernas cerradas en una de las esquinas de la cama mientras yo estaba de pie metiendosela hasta el fondo de su vagina, hicimos un pequeño cambio de ritmo, deje que ella tomara el control, yo me quede quieto mientras ella se movía controlando la velocidad y la intensidad de la penetración se sentía tan rico, inclinaba mi cabeza para atrás de tan delicioso placer que estaba recibiendo, ella lo disfrutaba de la misma manera, no podía describir ese placer que estaba sintiendo, su vagina me apretaba muy rico.
Decidí retomar el control, subí una pierna a la cama, cuando sentí segura la posición subi la otra para quedar en la posición hardcore de perrito, comense a penetrarla rápido y fuerte, ¡aa! ¡aa!... gemía Alix, no podia creer la tremenda cogida que le estaba dando, mis manos tomaron sus ricas tetas, mis piernas se flexionaban constantemente al ritmo que mis caderas ascendían y descendían para mantener la intensidad y el placer de tan deliciosa penetración que le estaba dando.
—Que rico Alix, que rico —le decía.
—¿Te gusta?, —le pregunte—, te esta gustando como te cojo.
—¡Si!, no pares —me decía— tienes una verga bien deliciosa ¡aa! ¡aa!...
Que ricos gemidos daba Alix, regrese a la posición inicial, ella de perrito en la esquina de la cama y yo de pie penetrandola por atrás, la posición de perrito hardcore me había agotado, sentí como se me quemaban los músculos de las piernas.
La incline poco a poco hasta que ella quedó acostada, bajamos lentamente para evitar que mi verga se saliera, despues me recoste sobre su espalda, continue metiendosela desde esa posición una variante de la cuchara pero ella acostada boca abajo, la cual era un poco menos intensa y más relajada, puesto a que ya estabamos llegando al limite del agotamiento, levantaba y bajaba mis caderas suavemente.
—¡Aa...! ¡aa...! —gemia Alix.
Empecé a sentir contracciones en mi verga y mi semen comenzó a salir intensamente.
—¡Aa...! —gemiamos.
Era tan rico como me estaba viniendo ¡aa!. La intensidad disminuia poco a poco hasta que se detuvo, nos quedamos quietos por unos segundos, después saque mi pene de su vagina, estaba cansado, exhausto pero bien satisfecho, que rico habiamos cojido. Ella me limpio con sutileza, amarro el condón y lo tiró en un pequeño bote de basura.
Despues solo platicamos de cosas sin sentido pero amenas, como el clima y el tráfico, nos vestimos, me acompañó a la entrada, nos despedimos y salí de su casa, me aleje rápidamente para no levantar sospechas pero con una gran satisfacción interna debido al placer experimentado.
FIN.
