MIRNA


Era una agradable tarde cuando me disponía a buscar un poco de placer, por desgracia el presupuesto era limitado y las ganas inevitables por lo que encontrar a alguien seria un poco complicado. Por fortuna encontré unas cuantas opciones en internet que se ajustaban al presupuesto y que no estaban demasiado lejos. Marque a un par de chicas de las cuales no obtuve respuesta, sus teléfonos me mandaban a buzón, pero para mi suerte logre concretar una llamada.
—Hola que tal —contestó una voz cachonda.
—Hola, Mirna, acabo de ver tu anuncio me podrías dar información de lo que consta tu servicio.
—Claro que si mi amor, mira manejo dos servicios, el primero por $550 en el cual podemos coger durante una hora, las relaciones son ilimitadas, te doy un trato de novios, un masajito y hasta podemos bañarnos juntos. El segundo es más básico, es de  $350 en ese solo es una relación, faje y el trato de novios en un tiempo no mayor a 30 minutos.
—Si estas interesado —agregó ella— me encuentro en un hotel llamado la escuelita muy cerca de plaza San Marcos, cuando estes por aca me regalas otra llamada y te doy el numero de mi habitación.
Sin pensarlo ni un segundo emprendí mi viaje hacia Cuautitlan para encontrarme con esta mujer. Por desgracia la ubicación del dichoso hotel estaba un poco oculta por lo que tuve que llamarle un par de veces más para que me ubicara y pudiera llegar.
Al llegar al hotel la escuelita lo primero que llamó mi atención fue el que era un hotel modesto no se veía como los típicos hoteles y moteles que uno encuentra en las avenidas principales.
Llame a su puerta y enseguida vi como esta se abrió sin que pudiera apreciar a ninguna persona, al pasar vi que una mujer se ocultaba tras la puerta, una mujer madura, chaparrita y un poco llenita. Ella llevaba puesto un vestido de red que dejaba entre ver su cuerpo.
—Hola amor, te costo mucho trabajo llegar.
—Si —le conteste— esta un poco oculto este hotel y un poco enredado para llegar.
—Pero que bueno que ya estas aquí —contesto Mirna.
Me pidió lo del servicio, le entregue $350 argumentando que tomaría el servicio básico.
Camine hacia ella, la tome por su cintura y comencé a besarla, ella respondió de una muy buena manera recibiendo a mi lengua en su boca, nuestras manos recorrian el cuerpo del otro mientras nos besabamos deliciosamente.
Ella comenzó a quitarme la ropa y yo hice lo mismo con ella hasta que ambos quedamos desnudos, ella tenía un cuerpo muy voluptuoso aunque el paso del tiempo ya iniciaba a hacer de las suyas junto con la gravedad.
Comencé a mamar sus tetas y ella inicio a acariciar mi verga, despues me puso el condon e introdujo mi verga en su boca muy despacio, me la chupaba despacio, jugaba con su lengua en la punta de mi verga y la introducía de nuevo aumentando un poco la intensidad.
Continuabamos besandonos.
—Ya quiero que me la metas mi amor —me susurro al oído.
—ya la quieres —le contesté.
—Si ya estoy bien caliente.
Le di la vuelta y la incline un poco hacia el tocador (que por cierto era de cemento), ella levantó esas grandes nalgotas invitandome a que la penetrara. Sin dudarlo un segundo me acerque a ella penetrandola suavemente, ella emitió un pequeño gemido.
Comence a metersela y a sacarsela con delicadeza pero poco a poco iba incrementando la velocidad hasta que empecé a escuchar el sonido que emitía su culote rebotando en mi pelvis. Enseguida me agarre de sus tetas para continuar con las embestidas.
—¡ah…! que rico mi amor —gemía Mirna.


Enseguida paramos por un instante, ella se levantó, dio media vuelta y comenzó a besarme mientras yo la tomaba por su cintura.
—Metemela de perrito —me dijo.
Se puso en cuatro a la orilla de la cama meneando su culo evidenciando su impaciencia para que se la metiera.
Procedí a metérsela muy despacio y ella por su parte comenzó a contraer su vagina.
—¡uh…! que rico —le dije— me apretaste bien rico.
—Te gusta mi amor.
—Si, coges bien rico —le dije.
Cuando se la sacaba ella apretaba su vagina para aumentar el placer y cuando se la metia la relajaba. No cabe duda que el viejo y sabio refrán es bien cierto: “la experiencia hace a la maestra” y “gallina vieja hace buen caldo”.
Sin sacarle la verga le di unos besos apasionantes en la posición de perrito. Ella sonrojada de la cara no paraba de emitir pequeños gemidos y de disfrutar.
Continue con las fuertes embestidas en esa posición hasta que ella quedo acostada boca abajo en el colchón y yo quede acostado en su espalda. Me agarre firmemente a sus tetas y ella giro su cara para poder besarnos, sin duda estábamos cogiendo bien rico.
—¡ah…! ¡ah! —gemía Mirna— no pares amor, siguete moviendo asi ¡asi…!
—¡que rico Mirna, que rico!
Era tanto el placer que sentíamos que inmediatamente me vine dentro de ella. Varias contracciones que hicieron salir todo mi semen hasta quedar vacío.
Nos quedamos unos segundos más disfrutando del cuerpo del otro mientras sentimos como nos relajabamos poco a poco.
En seguida nos incorporamos y nos aseamos, después nos abrazamos y nos besamos.
—¿Te gusto mi amor?
—Claro, estuvo bien delicioso —le dije mientras la besaba y la tomaba de la cintura.
—Que bueno que te gustara, espero vengas a visitarme seguido.
Nos vestimos mientras platicamos sobre un libro que ella tenía en su buró, nos dimos las últimas caricias y los últimos besos para después despedirnos.

FIN.

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